Atún Rojo y pesquería tradicional, ¿es posible una coexistencia?
Desde
hoy hasta el 27 de noviembre en París se va a decidir
el futuro del atún rojo. En
esto diez días, más de 100 personas tienen en las manos el futuro no solo de la
especie más emblemática del Mediterráneo y una de las más importantes en su
cadena trófica, sino que también tienen en sus manos el futuro de
unas personas que llevan dedicándose siglos a esta pesquería.
Hoy y
mañana, son las reuniones del comité de cumplimiento
del ICCAT. Números y más números para ver si los países han
cumplido, si los datos son correctos, si los modelos estadísticos funcionan…Pero más allá de la importancia
ecológica de esta especie, está la propia supervivencia de una pesquería que se
ha visto ahogada en los últimos diez años por la avaricia de un modelo pesquero
insostenible: el cerco. Este
modelo captura toneladas de atún rojo, y posteriormente lo engorda durante
meses con un destino final: la lonja de Tokio, en Japón.
Las
negociaciones de esta reunión de ICCAT van a decidir si 13.500 toneladas son
suficientes para todos o no. El comité científico de ICCAT, dice que no lo son
si queremos cumplir con la Estrategia Marina y llegar a 2020 con el 60% de la
población, para esto la cuota ha de ser menor, y la controversia comienza aquí.
La pesca tradicional (arrantxales, almadrabas, etc…) genera mayor número de
empleos, y podría mantenerse con una reducción de cuota que es lo que
recomienda la UE, sin embargo España como país se posiciona muy fuertemente en
contra. España es el país europeo que más cuota de captura de atún rojo tiene y
sin embargo casi la mitad la destina exclusivamente a una pesquería, la de
cerco.
Celia
Ojeda, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace (EUROPA)
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